Cuando yo era pequeña lo único que hacía era quejarme por no tener una hermanita con la que poder jugar y intercambiarnos la ropa. Siempre tuve amigas como hermanas pero no es lo mismo porque una hermana puede vivir contigo y estar siempre contigo en cualquier lugar en cualquier momento. Pero cuando conocí a Dàrius no pensaba en una hermana pequeña ni en un hermano mayor si no en alguien que te cuida que te ama y que nunca te dejaría sola ni yo a él, nunca.
Un día como otro cualquiera de instituto me despierto cojo las planchas de pelo feliz porque hoy iba a hablar con mis tíos de ser la madrina de su hijo ya que me hacia muchísima ilusión tener a una pequeña en la familia. Yo siempre decía y lo sigo diciendo que en la familia hay demasiados hombres que necesitábamos a alguna mujer y como mis padre están siempre lejos por culpa de su trabajo me gustaría a alguien que se quedara conmigo y desde que conocí a Dàrius hasta hoy nunca me dejo sola pero eso está cambiando.
Empiezo a vestirme miro el reloj y veo que pone las siete y media me voy al cuarto de baño a ponerme las lentillas ya que mis ojos cada día tienen un color marrón que da miedo por lo que se por ahora lo único que puedo esperar es a ser un vampiro o un lobo. Cojo mi colonia favorita y se me resbala de las manos cae al suelo y se rompe en mil cachos la miro fijamente mareada muy marea dándole vueltas a muchas cosas a la vez en mi cabeza. Noto mi mano pegajosa la acerco a mi cara y me mancho los labios miro a mi barriga y doy un grito horrorizada por el susto.
Dos semanas antes:
Dara me cogió de la mano corriendo al salir del instituto me llevo casi volando de allí ni siquiera nos pudo pillar Cristal…
-que pasa Dara?
No respondió hasta que quito un libro raro de la mochila me sentí atraída por el libro como si quisiera que fuera mío para siempre, como si quisiera tenerlo para mí y nunca soltarlo.
-Dàrius!
-Grité sin querer su nombre como si estuviera allí y me fuera a escapar corriendo hacia el. Dara me sonrió.
-Hicimos una apuesta y acaba de ganar el.
La mire con cara rara.
-Que apuesta?
-el me dijo que en cuanto cogiera este libro te ibas a acordar de él y dejarías de estar enfadada.
-pues a perdido le echo de menos y sigo enfadada
Dara coge su móvil y llama a alguien reconozco su nombre Rene! Hablaban de algo de que yo estaba deprimida y necesitaba ver a Dàrius. Me puse las manos en la barriga y en la garganta para no ponerme a llorar no valía la pena que sufrieran por mí. Dara me miró un buen rato hasta que colgó.
-Confías en mi?
-no, que va
De pronto me coge de la mano con el libro en la otra dice un hechizo raro y veo como todo desaparece…
Cuatro días antes:
-no te vayas por favor.
En la habitación de Dàrius intentando convencerlo de que me lleve con él a Italia a ver a esas pringadas de altas sacerdotisas.
-Me tengo que ir cariño.
-Si tú te vas yo también.
Me miró con cara de mal humor. Ahora que lo pensaba estaba en mal posición para poder hacer apuestas con el sin que el ganara ya que estaba sentado en la cama y me tenía las manos cogidas con las sulas y no me dejaba de mirar a los ojos y yo a los suyos con los pómulos muy rojos. Se apartó de mi para irse hacía la ventana.
-Queila no me haría nada más feliz que llevarte conmigo mi amor nada en el mundo.
Sin querer se me caen las lagrimas el me mira con cara triste al ver que lloro y en un segundo me cogió y me puso en la cama besándome.
-eres un tramposo.
Digo entre lágrima y beso.
-sí creo que sí pero tú lo eres mas .Deja de llorar mi amor.
Le sigo sus besos dejando de llorar poco a poco me pongo encima del.
-si lo aré pero llévame contigo mi amor soy tuya si me dejas aquí no lo seré para siempre.
Cuando le dije eso se paró en seco y me apartó con mucho esfuerzo se sentó en el otro lado de la cama.
-Prométeme que vas a ser mía para siempre prométemelo Queila si no yo me muero aquí y ahora te lo juro.
Lo miro con la boca abierta y de pronto sonrío feliz. Voy a junto el corriendo y riendo le cojo la cara en mis manos y le beso.
-mi amor yo seré tuya para siempre y lo sabes pero si yo me convierto en un lobo en vez de un vampiro como tú no sé si nos tendremos que separar podemos ser amigos y nada más y eso nos va a doler pero si, te prometo una cosa da igual lo lejos que te tenga siempre te amaré hasta el fin de mis días y me escaparé mil veces para verte y estar en tus brazos. Yo no soy la que tiene que decir que va a ser tuya si no tú mío.
-Queila te juro por todos los dioses que existan que yo soy tuyo desde que nos conocimos desde que te vi por primera vez y mi amor yo sé cosas que necesito que sean cosas que solo sepa yo y casi te puedo asegurar que estaremos por siempre juntos.
Me aparto del. Como que casi me lo puedes asegurar? estaba mareadísima y me caí al suelo si no me cogía Dàrius casi me doy un golpe contra el suelo.
-Queila amor mío que te pasa Queila.
Lo miro ya recobrada de lo que me acababa de suceder.
-Dàrius porque me dices que casi me lo podrías asegurar?
Me miró con mala cara.
-no te lo puedo decir Queila es una sorpresa y si te la digo te harán daño y yo no quiero si te hacen daño yo me mato .
Lo miro atentamente a los ojos y me levanto me voy apartando hacia la ventana.
-tú no confías en mi.
-Queila no es por eso.
-sí, sí que es por eso Dàrius no te me acerques.
Abro la ventana y me marcho corriendo hacía mi casa llorando. Llego a casa y cierro todo con llave nadie lo iba a notar de todos modos ya que estaba yo sola en casa mis padres tenían un nuevo proyecto fuera de casa.
Dàrius:
La vi marcharse y no le hice nada. Me quedé en mi habitación como un tonto esperando que volviera .cogí el teléfono y llamé a Dara antes de irme en avión a Italia .Me cogió al primer sonido y le mandé por magia del móvil de mi abuelo un libro precioso que seguramente le iba a servir de algo a Queila para poder verme.
-Dara lo recibiste?
-Sí, lo recibí.
-vale es para poder estar más cerca de Queila por favor cuídamela.
-lo haré Dàrius te lo prometo.
cerré el móvil y espere a que llegaran los demás mas Rene y su amiguito.